MILTON MACIEL (Poesías en español)
Dejé de ser
pequeño
Cuando dejé que
tu crecieras.
Eras poco, dentro
en mí
Y yo te creía
pequeña,
Menos importante,
incapaz.
Por que así me
enseñaron los adultos
Los hombres adultos, bien cierto.
Me entrenaron pa’
que yo fuera Macho!
Y aprendí que
para ser macho,
Tenia que menospreciarte.
Que así, me haría
grande!
Que así, me respetarían
los hombres.
Ahí los imité,
los copié y tuve suceso:
Logré hacerme un Macho
de verdad!
Pero no conseguí jamás
hacerme un Hombre!
Me arrastraba en el
mundo dividido que aprendí
Y en el nunca tuve
como hallar felicidad.
Yo… yo era un Macho,
nada más.
Hoy yo sé lo
cuanto esto es tan poco!
Cerrado en my
ignorancia y insensibilidad,
Te hice sufrir –
y eso, si, que no fue poco!
Mi visión de vida
seguía destorcida y mala
Porque, así como
me entrenaron para verte
Así mismo yo te
veía
Y, por eso… no te sentía.
Yo no entendía.
Pero eso me hacia
Pequeño. Minúsculo!
Superior, te
reprimía.
Y estando a tu
lado…
No te conocía!
Estabas dentro en
mi
Y yo… no lo
sabía.
Llorabas y
sufrías
Y yo… no
percibía.
Pero mi ceguera
un día se acabó
Y mis ojos
entonces por final se descerraron.
Solo entonces
percibí que el ciego era el Macho.
Ciego lo hacía mi
pretensa superioridad y mi miedo.
Y el miedo era el
de sentirte
En todo tu
resplandor y gloria.
Sentirte entera
dentro de mí.
Sentir como tú
sentías.
Amar como tú
amabas.
Respetarte como tú
te respetabas,
Mientras que el
Ciego… no lo hacía.
¡Verte dentro en
mi fue portentoso!
Ali estabas tu,
el tiempo entero,
Con tu capacidad
infinita de amar.
Y esperar. Y
soportar. Y perdonar.
Lo comprendí tan
claramente
Que me puse de
rodillas
Y te imploré
perdón… Por tanto daño!
En el mundo
exterior, loco y partido,
Tu eras la
amante, la esposa, la hija
La nieta, la
abuela, la chica, la nena.
Y eras la Madre!
Pero en verdad,
en el mundo interior,
Tu eras la MUJER!
Mi Mujer
Interior,
La mujer de que
me distancié para ser Macho.
La mujer que
reprimí para ser Grande.
La mujer que la
usé para servirme.
Tonto. Loco.
Ignorante.
Si reprimía la
mujer dentro de mí,
Yo proyectaba en
el mundo una imagen destorcida.
Y en todas las
mujeres que busqué – y las quería!
Nunca pude
encontrar felicidad.
Claro: tonto,
loco, ignorante,
La mujer que yo
buscaba, ¡NO EXISTÍA!
Era solo una loca
proyección del vacío que yo tenía.
El día en que
aprendí a respetarte
Fue por fin el
día de mi liberación.
Dejé que salieras
de dentro de mi entera,
Para que
crecieras y ocuparas tu lugar afuera.
Y tu, al crecer,
me hiciste Hombre por fin.
Porque, cuanto más
tú te agrandabas,
Menos pequeño yo
quedaba.
Hoy te tengo
entera y feliz dentro de mí.
Nos reconciliamos
por que me perdonaste.
Y hoy yo puedo
amar y ser feliz finalmente.
Encontrarte libre,
gloriosa, dentro en mi,
Fue encontrar,
por fin, felicidad.
El mundo ya nos es
tan loco y nos es mas dividido.
Porque,
finalmente, YO no estoy mas dividido.
Somos uno solo,
tú y yo, ¡mujer maravillosa!
Mujer dentro de
mi: yo te amo
Y más que eso: te
respeto y te ADMIRO.
Por eso ahora soy
feliz.
Por eso ahora
puedo amar una mujer
Sin me importar
si ella me ama o no.
¿Soy amado? Si.
Talvez. O no. ¿Que importa?
¿Que importa? Si
YO amo.
¡Y esto es todo
que me basta y me soporta!
(La figura es Anima/Animus)
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