domingo, 21 de julho de 2013

CONFESIÓN  
MILTON MACIEL (Poesías en español)

Dejé de ser pequeño
Cuando dejé que tu crecieras.
Eras poco, dentro en mí
Y yo te creía pequeña,
Menos importante, incapaz.
Por que así me enseñaron los adultos
Los hombres  adultos, bien cierto.

Me entrenaron pa’ que yo fuera Macho!
Y aprendí que para ser macho,
Tenia que menospreciarte.
Que así, me haría grande!
Que así, me respetarían los hombres.
Ahí los imité, los copié y tuve suceso:
Logré hacerme un Macho de verdad!

Pero no conseguí jamás hacerme un Hombre!
Me arrastraba en el mundo dividido que aprendí
Y en el nunca tuve como hallar felicidad.
Yo… yo era un Macho, nada más.
Hoy yo sé lo cuanto esto es tan poco!
Cerrado en my ignorancia y insensibilidad,
Te hice sufrir – y eso, si, que no fue poco!
Mi visión de vida seguía destorcida y mala
Porque, así como me entrenaron para verte
Así mismo yo te veía
Y, por eso… no te sentía.

Yo no entendía.
Pero eso me hacia
Pequeño. Minúsculo!
Superior, te reprimía.
Y estando a tu lado…
No te conocía!
Estabas dentro en mi
Y yo… no lo sabía.
Llorabas y sufrías
Y yo… no percibía.

Pero mi ceguera un día se acabó
Y mis ojos entonces  por final se descerraron.
Solo entonces percibí que el ciego era el Macho.
Ciego lo hacía mi pretensa superioridad y mi miedo.
Y el miedo era el de sentirte
En todo tu resplandor y gloria.
Sentirte entera dentro de mí.
Sentir como tú sentías.
Amar como tú amabas.
Respetarte como tú te respetabas,
Mientras que el Ciego… no lo hacía.

¡Verte dentro en mi fue portentoso!
Ali estabas tu, el tiempo entero,
Con tu capacidad infinita de amar.
Y esperar. Y soportar. Y perdonar.
Lo comprendí tan claramente
Que me puse de rodillas
Y te imploré perdón… Por tanto daño!

En el mundo exterior, loco y partido,
Tu eras la amante, la esposa, la hija
La nieta, la abuela, la chica, la nena.
Y eras la Madre!
Pero en verdad, en el mundo interior,
Tu eras la MUJER!
Mi Mujer Interior,
La mujer de que me distancié para ser Macho.
La mujer que reprimí para ser Grande.
La mujer que la usé para servirme.

Tonto. Loco. Ignorante.
Si reprimía la mujer dentro de mí,
Yo proyectaba en el mundo una imagen destorcida.
Y en todas las mujeres que busqué – y las quería!
Nunca pude encontrar felicidad.

Claro: tonto, loco, ignorante,
La mujer que yo buscaba, ¡NO EXISTÍA! 
Era solo una loca proyección del vacío que yo tenía.

El día en que aprendí a respetarte
Fue por fin el día de mi liberación.
Dejé que salieras de dentro de mi entera,
Para que crecieras y ocuparas tu lugar afuera.
Y tu, al crecer, me hiciste Hombre por fin.
Porque, cuanto más tú te agrandabas,
Menos pequeño yo quedaba.

Hoy te tengo entera y feliz dentro de mí.
Nos reconciliamos por que me perdonaste.
Y hoy yo puedo amar y ser feliz finalmente.
Encontrarte libre, gloriosa, dentro en mi,
Fue encontrar, por fin, felicidad.
El mundo ya nos es tan loco y nos es mas dividido.
Porque, finalmente, YO no estoy mas dividido.
Somos uno solo, tú y yo, ¡mujer maravillosa!
Mujer dentro de mi: yo te amo
Y más que eso: te respeto y te ADMIRO.

Por eso ahora soy feliz.
Por eso ahora puedo amar una mujer
Sin me importar si ella me ama o no.
¿Soy amado? Si. Talvez. O no. ¿Que importa?
¿Que importa? Si YO amo.
¡Y esto es todo que me basta y me soporta!

(La figura es Anima/Animus)


Nenhum comentário:

Postar um comentário